viernes, 14 de agosto de 2009

dimensiones

Primero pensé que iba a ser más fácil. Cuando lo encontré por casualidad en el pasillo me di cuenta de que la cosa se ponía complicada. Realmente creí que se había dado cuenta solo de que vivíamos en dimensiones diferentes y de que mi cuerpo no se adaptaba a sus manos toscas y rígidas. Ahora, después de pronunciarle unas palabras poco convincentes, me mira con luces en los ojos. No me contesta. Sabe que me tiene. Los ojitos. Los ojitos. Este me toma con esosssojos cándidos. Pero no puedo. No funciona. Los dedos. Las manos. No va. _Javi vos sabés que estamos en momentos diferentes de la vida, no? Javi hace un largo parpadeo. Las luces no se apagan. Se resiste a soltarme.

No sé por qué pero pareciera no registrar mi maltrato. Estoy ahí.

jueves, 13 de agosto de 2009

OSTEOEMPATÍA I : RELACIÓN DE PAREJA


Un hombre (en adelante H) y una mujer (en adelante M), forman una pareja bien constituida. Comienzan por enamorarse intelectualmente. Más tarde comprueban que además de entenderse con palabras, pueden comunicarse corporalmente. H y M tienen buen sexo. Con los años van perfeccionando ese reparto de fluidos y encuentran satisfactorias una serie de posiciones y un degradé de temáticas. También encuentran (por la negativa) una basta geografía de incompatibilidades. Algunas son motivo de discusión. Un delta con innumerables islas es negado y olvidado.

H, para borrar completamente todo aquello que no será posible con M, suelda sus vértebras cervicales y M hace otro tanto con sus lumbares. Tal vez un exceso de yogurt con cereales por la mañana colabore con calcio.

Después de 5 años, tres meses (un invierno de yapa), 23 días y 14 vértebras pegadas en total, la relación comienza a tambalear. M evita el yogurt y eso desbalancea el ritmo de la ligazón vertebral. H redobla el consumo de cereales y toma las responsabilidades de la vida de M, que empieza a ser mantenida. Eso debilita sus pies y los músculos de los glúteos. Más adelante tendrá que ir de urgencia a hacer complementos y necesitará tratamiento psicológico y traumatológico.

M lucha contra la fuerza de la gravedad con toda su musculatura. Los tejidos se aflojan irremediablemente. H solidifica su posición social. Las Dorsales ya no existen.

M chatea por internet esperando secretamente encontrar un nuevo amor. H se siente atraído por su secretaria. La culpa es más fuerte. La milanesas de soja no aportan la cantidad necesaria de proteínas. El matrimonio se dirige al derrumbe definitivo.

Las verdaderas razones del desengaño no serán develadas. Las islas del delta nunca serán halladas porque no figuran en el mapa. M hace el ingreso a la carrera de arqueología. H se inclina por el tango. De la relación sólo ha quedado un perro o un gato (otro tipo de mascotas se aceptan).

Nota: Esto es pura ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

lo que necesitaría

Un centro para crear

Un espacio

Un miedo a mano

Y una música

Un deseo lo suficientemente fuerte

Besos para aterrizar

Y todo lo demás ya lo tengo

miércoles, 12 de agosto de 2009

AEROCUERPO

A lo lejos se veían las figuras envueltas en abrigos pesados. Una mano se agitó a lo lejos. Las puntas de los dedos de María se abrieron paso desde la abertura del bolsillo y describieron una curva en el aire. No se podría decir que fue torbellino de falanges, sino más bien un movimiento que indicaba con precisión una posición geográfica.

Una vez conocidas las coordenadas, todo lo demás sobrevino: Los bolsos, el chango y el changador; la moneda; el aeropuerto sucio; los niños descalzos pidiendo limosna y por último, el abrazo, largo, contundente.

Los músculos de su cara se contrajeron con dificultad y abrieron , como un telón, una hilera de dientes. La sonrisa no fue radiante pero, ha de admitirse, fue lo suficientemente amplia como para proporcionar una cálida bienvenida.

María sintió que se le helaba la cara. Por un momento tuvo la sensación de que un fantasma había atravesado su cuerpo. El agua disminuye la temperatura hasta veinte veces. Recordó un documental que hablaba sobre la humedad y su relación con la temperatura corporal. Los labios se paspan por eso. Deslizó su mano sobre su cara y descubrió (casi científicamente) que había estado llorando y no sólo eso, sino que, además, pudo constatar en el recorrido por su rostro que aún conservaba la sonrisa. Intentó relajar el rostro imaginándose que sus labios caían como una marioneta a la cual le cortan los hilos.

Logró modificar la apertura de su boca ocultando los dientes, pero sus maxilares continuaron dibujando de memoria esa expresión que tienen los deportistas cuando la meta se encuentra a considerable distancia. Las manos cayeron lacias, sostenidas (como el resto de su cuerpo) por unos hombros-poleas incansables.

Pensó en ciudades. Pensó en calles. Pensó lugares llenos de gente. Pensó por donde se va y se viene: brazos. Pero el tráfico de alas metálicas y ruidosas de algún modo le resultaba desagradable. Ahora y como siempre sus pies erigían su cuerpo y no pesaban lo suficiente. Una velocidad mayor a la de la luz: la mente. Y sus pensamientos la trasgredían al punto del aerocuerpo.

Seguidores

Datos personales

Mi foto
Recorrer los caminos del cuerpo y del alma. Unir con hilos invisibles seres sin tiempo